Conozcamos de qué se trata la inteligencia contextual, un tipo de habilidad blanda que se ha puesto a prueba en 2020, el año que todos recordaremos como el año de la pandemia. ¿Cómo afecta a las organizaciones el hecho de reclutar más personas con esta característica comportamental? Y ¿de qué manera la tecnología puede ayudar a cimentar este tipo de habilidad en las organizaciones?
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Tarun Khanna es profesor en Harvard, especializado en estrategia corporativa, que acuñó el término inteligencia contextual, en una publicación en 2014 de la revista de negocios de la Universidad de Harvard.
Esta clase de inteligencia la definió como «la habilidad para entender los límites de nuestro conocimiento y para adaptar ese conocimiento a un ambiente diferente del que se desarrolló».
En países como Colombia, donde las culturas varían tanto de una región a otra, es clave cultivar este tipo de inteligencia, la cual está enfocada en orientar a cada individuo de una organización en un hecho básico: una habilidad puede tener un impacto positivo en un contexto y, esta misma habilidad, puede causar el efecto contrario en un contexto diferente.
Es así como -por ejemplo- un empleado que venga de una cultura organizacional donde toda la comunicación se realiza solo a través de emails y chats, con el entendido de que es mejor que la comunicación y compromisos queden por escrito y se transmitan instantáneamente; puede tener problemas a la hora de adaptarse a una cultura organizacional donde la comunicación se da de manera personal y, por decirlo de alguna manera, «le debe hacer lobby» a las tareas que le pide a sus colegas.
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En este caso, una persona debería aprender a entender las dinámicas sociales de un lugar y ajustar sus propias dinámicas a ello, especialmente para beneficiar el mutuo entendimiento. Cuando hablamos de mutuo entendimiento, sin duda, estamos hablando de que la inteligencia contextual debe echar mano de la empatía, entender cómo se siente y actúa el otro para actuar en armonía con ello.
Sin embargo, para tener insumos para entender cómo se siente el otro, primero debemos conocernos a nosotros mismos. Por lo tanto, la inteligencia emocional es otro gran ítem a tener en cuenta si queremos cimentar la inteligencia contextual a través de un curso virtual organizacional.
Una persona de una cultura que demuestra el aprecio a través de la corporalidad, llega a trabajar a un cultura donde el respeto tiene que ver con no invadir el espacio personal del otro. Es en este tipo de escenarios donde la inteligencia contextual debe hacer su aparición, con el fin de que un individuo sea capaz de desarrollar sus habilidades sociales utilizando diferentes códigos de conducta.
En contextos donde las culturas diversas se encuentran es fácil encontrar tensiones, pero estas pueden superarse al crear herramientas con las cuales las personas puedan guiar su comportamiento, para una mejor adaptación al contexto, y al tiempo, aportar sus propias perspectivas.
En últimas, el individuo del que hablábamos antes, podrá aprender a transmitir su estilo cálido, ya no desde acercarse y tener contacto físico con sus compañeros, sino que aprenderá a demostrar lo mismo con detalles que no impliquen el contacto, y es en cómo lo logra donde se desarrolla la inteligencia contextual, ese poder adaptativo que le permite ser él/ella a pesar de ciertas características del medio social donde se encuentre, y no solo en el ámbito relacional, sino en cualquier ámbito donde sus conocimientos y habilidades necesite reconfigurarse para cumplir con un propósito definido.